La eficiencia de la regulación empresarial mejora en España
- Mayor cooperación entre las diferentes Administraciones, impulso de la colaboración público-privada e implantación de mejoras tecnológicas, propuestas de la Cámara de España para continuar con la mejora de la regulación
- España ocupa la 33ª posición entre 189 economías en la clasificación de facilidad para hacer negocios
- España es el país con la regulación más eficiente del comercio transfronterizo, mejorando asimismo en el pago de impuestos y la protección de inversores minoritarios
- Las Comunidades Autónomas cuentan con regulaciones de calidad muy diferente
Madrid, 28/10/2015. El informe “Doing Business 2016” del Banco Mundial, publicado ayer, revela una mejora gradual en la eficiencia de la regulación empresarial en España durante el año 2015. En concreto, nuestro país ocupa la posición 33ª entre las 189 economías analizadas, un puesto por encima de la clasificación revisada obtenida en el año 2015 y seis puestos mejor que en el año 2007.
Los esfuerzos realizados en los últimos años por mejorar la regulación económico-empresarial e impulsar la simplificación administrativa están detrás de esta positiva evolución.
No obstante, la Cámara de Comercio de España considera que es preciso continuar con el trabajo para mejorar nuestra posición en los rankings internacionales y reducir las cargas burocráticas más gravosas para la actividad productiva, ya que disponer de una regulación eficiente y de calidad es clave para la competitividad de nuestro tejido empresarial y para la materialización de las iniciativas emprendedoras.
Este impulso debería descansar, según la Cámara de Comercio de España, en una mayor cooperación entre las diferentes Administraciones, el impulso de la colaboración público-privada y la implantación continua de mejoras tecnológicas en los procedimientos requeridos.
En cuanto a los datos del informe, mención destacada merece nuestra clasificación global en el comercio transfronterizo: España es el país con la regulación más eficiente en los intercambios comerciales. Un año más mantenemos esta posición de liderazgo, con una única hora requerida para la gestión documental de la exportación o la importación de mercancías. A título ilustrativo, en el año 2007 nuestro país ocupaba la 25ª posición en este ámbito.
De hecho, a pesar del paulatino incremento de la calidad regulatoria, España se sitúa ligeramente por debajo del promedio de países de la OCDE de renta alta, constatándose por tanto margen de mejora en la facilidad para hacer negocios a través de reformas en la normativa y los procedimientos asociados. En particular, la identificación de las mejores prácticas en materia regulatoria, tanto en el resto de países como en las propias Comunidades Autónomas, permitirían mejorar la eficacia global de nuestra regulación empresarial.
Entre las diez áreas consideradas en el documento del Banco Mundial, España mejora su posición en la clasificación en tres ámbitos, manteniéndose en dos de ellos y empeorando en cinco.
En particular, se constatan notables avances en el pago de impuestos, la protección de los inversores minoritarios o, en menor medida, la obtención de electricidad. Sin embargo, en aspectos como la apertura de una empresa (posición 82ª en 2016 frente a 78ª en 2015) o la obtención de permisos de construcción (101ª frente a 97ª), la posición en el ranking, de por sí modesta, se ha deteriorado en el último año.
Para el caso concreto del inicio de un negocio, en España se requieren 7 trámites y 14 días, frente al único procedimiento y los 0,5 días precisos en Nueva Zelanda. Por su parte, la obtención de un permiso de construcción en España supone la realización de 13 trámites y 205 días en promedio, mientras que en las economías más eficientes al respecto solicitan 7 trámites que se extienden durante 26 días.
El informe “Doing Business”, actualmente en su decimotercera edición, se ha visto recientemente complementado además con la publicación del estado de la regulación en las 17 Comunidades Autónomas y las 2 Ciudades Autónomas españolas. A modo de síntesis, la facilidad global para hacer negocios es mayor en La Rioja y la Comunidad de Madrid, mientras Aragón y Galicia ocupan las posiciones finales del ranking. Se pone además de manifiesto una importante heterogeneidad en la regulación empresarial entre las Comunidades Autónomas, identificándose determinadas buenas prácticas cuya extensión al resto de regiones propiciarían que España mejorara globalmente la eficiencia de su regulación en el escenario internacional.