La Cámara de España apuesta por el libre comercio para garantizar el crecimiento, el empleo de calidad y el bienestar de los ciudadanos
Madrid, 13/3/17. El sector exterior, al que tantas de nuestras empresas han dirigido su atención y esfuerzos en momentos de crisis, ha jugado un papel clave en el crecimiento económico, en el progreso, la prosperidad y el bienestar de los españoles. Nuestras empresas han sabido siempre responder al proceso de apertura y al desafío que supuso la inyección de competencia externa que acompañó a la liberalización, pero también a la apertura de mercados extranjeros que se logró como contrapartida. Varios miles de pymes han salido al exterior en los últimos años, tratando de buscar en el exterior la demanda que no encontraban en nuestro mercado., La gran mayoría ha superado la prueba y han pasado a engrosar nuestra base exportadora.
No solo acabamos de batir el récord de exportaciones de mercancías en 2016, sino que lo hacemos también en turismo y en otros servicios. Un comportamiento muy positivo si lo comparamos con el de nuestros principales socios europeos y en un entorno poco propicio.
Hoy contamos con un grupo relevante de firmas ya fuertemente internacionalizadas a través del comercio y la inversión, la punta de lanza de nuestra presencia empresarial exterior, que ocupan posiciones de liderazgo mundial en diferentes sectores y cuya actividad internacional supone una proporción cada vez mayor de su facturación y resultados. Y ello es el reflejo de una favorable evolución de nuestro modelo productivo, cada vez más integrado en el mercado global, y de nuestro modelo de crecimiento, cada vez más sólido y diversificado.
El margen es aún enorme, ya que tenemos un gran número de empresas competitivas que aún no han dado el salto al exterior. Y no solo a nuestro mercado natural de la Unión Europea, sino a los países que van a crecer más rápidamente en los próximos años como los emergentes. A todos ellos debemos exportar los bienes y servicios de alto valor añadido que somos capaces de producir, no tratando de competir con los exportadores de bajos costes, sino en la liga de los mejores.
Todo ello exige un mercado mundial abierto, al que puedan acceder nuestras empresas, y especialmente las pymes, con sus bienes, servicios y capitales.
Por ese motivo, la Cámara de Comercio de España considera que el levantamiento de nuevas barreras que dificultaran o impidieran a nuestras empresas seguir avanzando en su posicionamiento en el mundo sería muy pernicioso. Hay que estar alerta y evitar que pueda experimentarse un retroceso en el largo proceso de liberalización comercial que con tanto esfuerzo y empeño se ha conseguido en los últimos años. En un mercado tan integrado que ya es global, la imposición de barreras en cualquier mercado importante originaría, además de la ruptura de múltiples cadenas internacionales de valor, represalias por parte de sus socios comerciales que generarían una espiral de alcance y consecuencias imprevisibles.
Las Cámaras de Comercio de España deseamos hacer patente y público, una vez más, nuestro compromiso con un comercio libre, justo e inclusivo bajo reglas claras y compartidas, como marco necesario para seguir avanzando en el proceso de construcción de un modelo productivo competitivo y generador de mayor crecimiento, empleo de calidad y bienestar para nuestros ciudadanos.