- Según las previsiones de la Cámara de España, en 2020 se crearán alrededor de 170.000 puestos de trabajo y el paro descenderá hasta una tasa media del 13,6%
- El ritmo de creación de empleo estará estrechamente vinculado a la introducción de cambios en el funcionamiento del mercado de trabajo y al avance en ciertas reformas estructurales
Madrid, 28/1/2020. La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística correspondiente al último trimestre de 2019 confirma la continuación del proceso de creación de empleo en la economía española durante el pasado año, aunque con tendencia hacia la desaceleración.
De este modo, la mayor parte del crecimiento económico ha tenido su reflejo en el dinamismo del mercado laboral, con la creación de 402.3000 empleos y un avance interanual del 2,1% en 2019. No obstante, estas cifras son inferiores a las alcanzadas en 2018, cuando se crearon 566.00 puestos de trabajo (incremento del 3,0% interanual), consecuencia de la paulatina moderación de la actividad registrada durante 2019.
En todo caso, además de la continuidad en la generación de puestos de trabajo, debe destacarse la reducción del número de desempleados en 112.400 personas en el ejercicio (descenso del 3,4% interanual), lo que ha situado la tasa de paro a finales del año en el 13,8% de la población activa.
Merece especial mención el aumento en el colectivo de asalariados con contrato indefinido (incremento interanual en el último trimestre del 3,4%) y la reducción en la contratación temporal (descenso interanual del 0,5%), así como la caída en los hogares en los que todos sus miembros están en situación de desempleo (-3,8% interanual).
Por el contrario, los trabajadores por cuenta propia prácticamente se han estancado durante el pasado año, con una variación del 0,0% entre los empleadores y del -0,7% en el número de empresarios sin asalariados o trabajadores independientes.
Además, el desempleo juvenil se mantiene por encima del 30%, mientras que la tasa de paro de la economía española sigue siendo casi el doble del promedio de la zona euro.
Previsiones de la Cámara de España
Para el año 2020, la Cámara de Comercio de España estima la continuación de la creación de empleo, si bien a un menor ritmo, consecuencia de la gradual desaceleración de la economía española, cuyo PIB se incrementaría el 1,7% en el conjunto del ejercicio, frente al avance previsto del 2,0% en el pasado 2019.
Sobre esta base, las previsiones de la Cámara de Comercio de España avanzan un leve descenso de la tasa media de paro hasta situarse en el 13,6% durante 2020, con un ritmo de creación de empleo que se reducirá a la mitad, un 1%, lo que podría traducirse en la creación de 170.000 nuevos puestos de trabajo en el periodo.
Estas previsiones quedan asimismo avaladas por la reciente Encuesta de perspectivas empresariales de la Cámara de España, cuyos resultados muestran una expectativa positiva en término del empleo creado por las compañías españolas en 2020, aunque a un menor ritmo que en 2019. Adicionalmente, las empresas españolas son ligeramente más optimistas que las del conjunto de la Unión Europea en sus planes para aumentar la plantilla a lo largo del presente año.
En este escenario, el mercado laboral debe seguir figurando entre las prioridades de la política económica en España, con acciones específicas para perfeccionar su funcionamiento. En particular, para reducir la burocracia y los costes vinculados al proceso de contratación laboral, aumentar la tasa de actividad, avanzar en la asociación de los salarios a la evolución de la productividad y aproximar los programas formativos de los futuros trabajadores a las necesidades que demandan las empresas. Asimismo, las políticas activas de empleo deben revisarse y reformarse para contribuir eficazmente a un mejor acceso al mercado de trabajo de aquellos colectivos más vulnerables, como los parados de larga duración, los mayores de 45 años o los jóvenes, entre otros.
Sobre la trayectoria final del mercado laboral podría influir de modo negativo la evolución potencial de otros elementos, como la prolongación de la inestabilidad política en Cataluña, las desviaciones respecto a los objetivos acordados con nuestros socios comunitarios en materia de consolidación fiscal, o la carencia de reformas estructurales de relevancia para la eficiencia y competitividad de la economía española, en materias como el sistema educativo y de pensiones, la financiación autonómica o la modernización de la Administración Pública.