• Los datos parecen constatar el agotamiento en el ritmo de generación de empleo de la economía española y, por consiguiente, una reducción del desempleo cada vez más lenta
  • Se intensifica la necesidad de modernización del mercado de trabajo español, acompañada de la reducción de incertidumbres internas y el consenso y avance en reformas clave

Encuesta de Población Activa. Tercer trimestre 2019  

Madrid, 24/10/2019.- La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística refleja el efecto de la ralentización económica sobre el mercado laboral español.

En concreto, con respecto al trimestre anterior, el número de desempleados descendió en 16.500 personas (-0,50%), en tanto que el de ocupados aumentó en 69.400 personas (0,35%). Con estas cifras, el total de parados al finalizar el presente período ascendía a 3.214.400 personas, mientras que el total de personas ocupadas llegaba a 19.874.300.

En términos anuales, el número de ocupados creció en 346.300 personas durante los últimos 12 meses (1,77%). Estos datos, además de reflejar el incremento de la ocupación, ponen de manifiesto que la misma crece a un ritmo cada vez más lento, síntoma de una ralentización económica que parece ir cobrando cada vez más fuerza, con clara repercusión sobre el dinamismo del mercado de trabajo. 

Lo mismo ocurre con el número de parados, que descendió en 111.600 personas (-3,36%) con respecto al año anterior, siendo la caída menos intensa desde que el paro comenzó la senda decreciente en el cuarto trimestre de 2013.

Como resultado de lo anterior, la tasa de paro registrada fue del 13,92%, sólo 0,63 puntos porcentuales por debajo de la registrada hace 12 meses.

La población activa por su parte aumentó en 234.700 personas durante el último año (1,03%), registrando un total de 23.088.700 personas. Con ello, la tasa de actividad se sitúa en el 58,72%, una centésima por debajo de la registrada hace 12 meses (58,73%).

Analizando la situación de los ocupados en particular, otro resultado destacable de este período es la bajada del número de trabajadores por cuenta propia, que cae en 8.800 en los 12 últimos meses (-0.29%), ello debido principalmente al descenso del número de empleadores que generan empleo (-1,37%), lo que repercute directamente de manera negativa sobre el empleo general.

Particularizando en los asalariados, en lo que respecta a la temporalidad, si bien la misma continúa siendo importante, en términos interanuales se comporta de manera favorable, registrándose una subida de la contratación indefinida en 387.900 (3,25%) personas.

En los últimos 12 meses, la ocupación se incrementó en 61.100 personas en el sector público y en 285.200 personas en el sector privado, de modo que el crecimiento interanual fue mayor en el empleo público que en el privado (1,93% y 1,74%, respectivamente).

Por sectores de actividad, servicios continúa siendo el motor de la creación de empleo en la economía española, registrando 248.6900 empleos más que hace 12 meses. Sin embargo, el ritmo de generación de empleo se ralentiza, siendo la tasa interanual de sólo el 1,7% (frente al 2,4% del mismo trimestre en el año anterior). También crece el empleo en la industria (3,31%, 90.100 empleos más) y la construcción (2,40%, 29.700 empleos más), y decrece en agricultura (-2,88%).

Por último, destaca positivamente el descenso considerable experimentado en el número de hogares con todos sus miembros en paro, de 73.700 hogares (-6,80%), al tiempo que los que tienen a todos sus miembros activos ocupados creció en 156.400 hogares (1,48%). 

PERSPECTIVAS

Los datos parecen constatar la desaceleración en el ritmo de generación de empleo de la economía española y, por tanto, una reducción del desempleo cada vez más lenta. Todo ello en un entorno de incertidumbre sostenida, tanto en el ámbito interno como externo.

En lo que respecta al contexto económico internacional, el crecimiento mundial podría ser inferior al previsto inicialmente, que ya era moderado, debido principalmente a las tensiones comerciales entre las principales potencias, un panorama geopolítico complicado con impacto directo en el precio del petróleo o la solución que finalmente se dé al Brexit.

En el ámbito interno, destacan el incierto panorama político nacional, con el bloqueo político que imposibilita la adopción de reformas, y la inestabilidad política en Cataluña, que repercute negativamente en el panorama económico y social en su conjunto. 

Ante esta situación, resulta cada vez más imperiosa la constitución de un gobierno capaz de liderar el necesario consenso y la continuidad hacia una mejora del marco laboral con reformas estructurales capaces de reducir la burocracia y los costes de contratación, y aumentar la eficacia de las políticas activas de empleo. 

Concretamente, sería recomendable acometer las medidas necesarias para corregir la dualidad de la que adolece el mercado de trabajo en España, impulsar reformas que permitan asociar en mayor medida los salarios a la evolución de la productividad, para aproximar los programas formativos de los futuros trabajadores a las necesidades que demandan las empresas, o para revisar la eficacia de las políticas activas de empleo que permitan un mejor acceso al mercado de trabajo de aquellos colectivos más vulnerables.

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