La cooperación tecnológica se puede definir como un acuerdo entre dos o más entidades independientes mediante el cual deciden unir o compartir parte de sus capacidades y/o recursos para la ejecución de actividades de I+D+i.
La cooperación tecnológica entre empresas y/o centros de investigación puede comportar grandes beneficios globales en términos de transferencia de conocimiento, apertura a nuevos mercados, mayor facilidad de financiación externa del proyecto y, sobre todo, de reparto de recursos, esfuerzos y riesgos.
De hecho, las nuevas políticas de financiación y apoyo a la I+D+i apuestan claramente por la realización de proyectos de I+D+i en cooperación. Igualmente, la mayoría de las ayudas a nivel nacional existentes anteriormente para la realización de proyectos de I+D por parte de empresas de manera individual han desaparecido a favor de programas cooperativos como INNPACTO, INNPRONTA o INTERCONNECTA, en los que resulta requisito indispensable la cooperación entre empresas y con organismos de investigación y/o centros tecnológicos.