La principal función de la gestión del conocimiento es que una organización no deba pasar dos veces por un mismo proceso para resolver un determinado problema, sino que disponga de mecanismos para abordarlo utilizando información guardada sobre situaciones previas. Es decir, mediante la gestión del conocimiento se capitalizan las lecciones aprendidas (éxitos y fracasos) en proyectos anteriores.
Para gestionar adecuadamente el conocimiento es necesario identificar, capturar, organizar y almacenar el conocimiento de los trabajadores, para transformarlo en un activo que se pueda compartir y genere beneficios para la organización.
En la actualidad, existen herramientas que apoyan esta gestión del conocimiento, como herramientas de gestión documental, intranets, software específicos que permiten compartir y centralizar toda la información generada en una organización, etc.