La prospectiva tecnológica pretende observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que, probablemente, produzcan mayores beneficios económicos y sociales. El objetivo de la prospectiva tecnológica es el análisis de los escenarios de evolución de las tecnologías, incluyendo la posibilidad de aparición de otras radicalmente nuevas, así como los factores que condicionan esos escenarios.
La actividad de prospectiva tecnológica es compleja y exige por lo general la participación de expertos en diversos campos por lo que está fuera del alcance de la mayoría de las empresas. De hecho, la gran mayoría de los estudios de prospectiva son realizados por entidades vinculadas al sector público como por ejemplo el Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial (OPTI), o los Observatorios Industriales Sectoriales del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Como fuentes de información para la prospectiva destacan asimismo los Observatorios Tecnológicos sectoriales creados por parte de Centros Tecnológicos y/o agrupaciones empresariales o las Agendas Estratégicas de las Plataformas Tecnológicas que se consideren de interés.
La herramienta al alcance de toda empresa es la previsión tecnológica en la que se realiza un ejercicio de reflexión a futuro sobre la base de estudios de prospectiva existentes. Es decir, cada empresa adaptará los estudios de prospectiva a sus características y necesidades.
La sistemática a seguir es la misma que para vigilancia estratégica, es decir, identificar tecnologías clave, asignar responsables y de fuentes de consulta, así como establecer una sistemática para la actualización/revisión de la información y su circulación a través de la organización.