• Se ha registrado el menor descenso del número de ocupados de los últimos 7 años (-0,05%) y, al tiempo, el mayor incremento del número de parados de los últimos 10 años (3,4%).

Madrid, 27/04/23.- Según la Encuesta de Población Activa correspondiente al primer trimestre del año, hecha pública hoy por el INE, el número de ocupados se ha reducido en 11.100 personas durante este periodo respecto al trimestre previo (-0,05%), situándose en 20.452.800 personas. Respecto al mismo trimestre de 2022, el número de ocupados se incrementó el 1,83% (368.100 ocupados más).

En paralelo, la población activa aumentó en 92.700 personas en este primer trimestre del año 2023, un 0,4% más que en el cuarto de 2022 y un 1,4% superior a la registrada el mismo periodo del año anterior.

En cuanto al desempleo, el número de personas en paro ha crecido en 103.800 personas, un 3,4% en relación con el trimestre previo, situándose en 3.127.800 personas, lo que representó el 13,3% de la población activa.

Respecto al mismo periodo de 2022 se ha producido una mejora de la tasa de paro, al reducirse 0,39 centésimas porcentuales.

El número de parados menores de 25 años se incrementó en 10.500 personas durante este primer trimestre del año respecto al último de 2022, lo que situó la tasa de desempleo juvenil en el 30,04%, son 0,78 centésimas porcentuales superior a la del trimestre previo (29,26%). Al incremento en el número de parados menores de 25 durante este periodo hay que añadir la reducción que se ha producido en la población activa correspondiente a esa franja de edad, lo que ha incidido en un mayor repunte de la tasa de paro juvenil en el trimestre. Respecto al mismo periodo de 2022, la tasa de paro de los menores de 25 años se redujo 0,15 centésimas.

En función de las condiciones de contratación de los asalariados, cabe destacar el incremento que se ha producido en el número de contratos indefinidos durante este primer trimestre, 0,66% con relación al trimestre anterior (93.800 contratos más que en el cuarto trimestre de 2022), mientras que los contratos temporales se redujeron un 3,76% (117.000 contratos menos). No obstante, la diferencia más importante se produce con respecto al dato registrado hace un año. El número de asalariados con contrato indefinido se ha incrementado un 11,65% respecto a los registrados en el primer trimestre de 2022, y el de asalariados con contrato temporal se ha reducido un 26,86% con relación al mismo periodo. De esta forma la tasa de temporalidad ha disminuido 6,93 puntos porcentuales (pasa del 24,2% en el primer trimestre de 2022 al 17,3% en el primero de 2023).

Poniendo el foco en los trabajadores por cuenta propia, se ha producido un incremento de los mismos en el último trimestre, del 0,39%, aunque en términos interanuales, respecto al mismo periodo de 2022, el número de trabajadores por cuenta propia se ha reducido el 1,38%.

Dentro de este grupo, el número de trabajadores autónomos sin asalariados se redujo en 51.200 personas en el último año (-2,46%), acumulando 4 trimestres consecutivos de
descensos.

Perspectivas 2023: creación de 250.000 empleos

Los datos de la EPA evidencian el ajuste del mercado de trabajo ante el menor dinamismo de la actividad. No obstante, hay señales diversas sobre la dinámica reciente del mercado de trabajo en términos de personas durante el primer trimestre del ejercicio. En particular, siendo tradicionalmente un periodo en el que el paro aumenta debido a la estacionalidad habitual, el primer trimestre de 2023 ha registrado el menor descenso en el número de ocupados de los últimos 7 años y, al tiempo, el mayor incremento del número de parados de los últimos 10 años.

La actividad económica se ha comportado mejor de lo esperado durante el invierno, lo que ha incidido en cierta resistencia del mercado de trabajo. La moderación de los precios de la energía y de las materias primas ha permitido a las empresas contener los costes de producción y mantener el empleo. No obstante, persiste mucha incertidumbre en el entorno económico global. La contundente subida de tipos de interés llevada a cabo por los bancos centrales más importantes, previsiblemente aún con recorrido, podría tener efectos nocivos para la actividad e inversión empresarial y, por consiguiente, para el empleo. Se espera también que la elevada inflación, añadida a la mencionada subida de tipos, retraiga de alguna forma el consumo y, por consiguiente, la demanda de bienes y servicios, lo que podría reducir las necesidades de personal en muchas empresas y sectores.

No obstante, la Cámara de España prevé que se mantenga la creación de empleo a lo largo de 2023. Se podría crear cerca de 250.000 empleos este año, lo que situaría la tasa de paro por debajo del 13% al cierre del año.

En un contexto de incertidumbre generalizada como el actual, sería aconsejable poner en marcha de inmediato las reformas estructurales que necesita la economía española, lo que redundaría en la mejora de la competitividad y de la productividad del factor trabajo, fuente de crecimiento y de prosperidad económica. Entre ellas, relacionadas con el mercado de trabajo, la adaptación de los itinerarios formativos a las necesidades de las empresas, la modernización de las políticas activas de empleo o la reducción de la burocracia y de los costes asociados al proceso de contratación, emergen como cuestiones clave para conseguir ese objetivo.

En este sentido, resulta imprescindible consolidar, y reconocer, el papel de las empresas como impulsoras de la actividad productiva y creadoras de riqueza y empleo, extendiendo y agilizando el acceso de las pymes a los fondos Next Generation EU.