- El año cerró con un crecimiento del PIB del 5,0%, con una destacada aportación del sector exterior
- La Cámara de Comercio de España prevé un crecimiento del 5,5% para el año 2022
- La productividad del factor trabajo consolida su preocupante trayectoria, con un nuevo descenso en el cuarto trimestre.
Madrid, 28/02/22.- La economía española experimentó un crecimiento del 2,0% durante el último trimestre del año 2021 respecto al trimestre precedente, según el avance de la Contabilidad Nacional Trimestral hecho público por el INE. En tasa interanual, el PIB mostró un crecimiento del 5,2%, 1,8 puntos porcentuales (p.p) por encima del registrado en el tercer trimestre (3,4%). El incremento del PIB para el conjunto de 2022 se situó en el 5,0%, a falta de la actualización que realice el INE en marzo (2020 cerró con una caída histórica del -10,8%, consecuencia principal de la crisis sanitaria derivada de la pandemia).
El perfil a lo largo del ejercicio refleja una sensible recuperación de la actividad durante el último tramo del año debido a que, en esta ocasión, las restricciones implementadas para intentar evitar la propagación de la variante ómicron del Covid-19 no han sido tan estrictas como en olas precedentes.
La tasa de variación del consumo de los hogares se moderó ligeramente, registrando un avance del 2,4% interanual frente al crecimiento del 2,7% del trimestre previo. La formación bruta de capital fijo retornó a tasas de crecimiento positivas tras el retroceso experimentado durante el trimestre anterior (avance del 3,7% interanual en el cuarto trimestre frente al recorte de -0,6% en el tercero). Esta favorable evolución de la inversión se explica por una caída menos intensa en el componente de construcción (-2,8% interanual en el cuarto trimestre frente al -6,7% del tercero) y, sobre todo, por un avance significativo de la formación bruta de capital fijo en bienes de equipo, del 10,3% (superando en 4 p.p. la tasa de variación del cuarto trimestre que fue del 6,3%).
Esta recuperación de la inversión agregada ha favorecido una mayor contribución al crecimiento de la demanda nacional, de 3,6 p.p. (2,5 p.p. del tercero), que podría haber sido más elevada de no ser por la ralentización experimentada por el consumo público (avance del 1,3% interanual en el cuarto trimestre, 1,8 p.p. inferior al registrado durante el tercer trimestre del año).
Por otro lado, la demanda externa también ha aumentado su aportación al crecimiento del PIB respecto al trimestre anterior (1,7 p.p. en el cuarto frente a 0,9 p.p. en el tercero), con unas exportaciones que han crecido un 15,8% interanual en el cuarto trimestre, tasa superior a la de las importaciones (11,1%).
En términos de empleo, la Contabilidad Nacional trimestral refleja un incremento en términos interanuales similar al registrado el trimestre precedente. El número de puestos de trabajo equivalente a tiempo completo aumentó un 6,4% durante el cuarto trimestre (6,2% interanual en el tercero). No obstante, es necesario poner el foco en la alarmante merma que se ha venido registrando en la productividad del factor trabajo coincidiendo con el periodo de pandemia. En el cuarto trimestre la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo se redujo -1,1 p.p., moderándose la caída en valor absoluto respecto a la registrada en el trimestre previo (-2,6 p.p.), pero manteniendo una tasa de variación negativa.
Perspectivas
El crecimiento de la economía española a lo largo de 2022 está rodeado de incertidumbres. La evolución de la pandemia hacia variantes del virus menos letales, en parte debido al elevado porcentaje de población vacunada, permite ser optimistas en ese sentido. Aunque no es posible predecir cuál va a ser el comportamiento del Covid-19 en el futuro, sí se vislumbra que las medidas que tienden a aplicarse por parte de las autoridades para frenar el incremento de contagios buscan menoscabar lo menos posible la actividad económica.
No obstante, aún persisten dificultades de abastecimiento de bienes y materias primas, que se unen al notable incremento de los precios de la energía. Como resultado de ello, la inflación ha alcanzado cotas no vistas desde hace casi 30 años. El IPC adelantado en España, publicado por el INE, se situó en diciembre de 2021 en el 6,5% interanual.
Este entorno inflacionario parece más duradero de lo que se pensaba en un principio, lo que podría obligar al BCE a dar un giro a su política monetaria antes de tiempo. Además, las tensiones geopolíticas en el este de Europa podrían sumar tensiones adicionales a los precios energéticos y, por ende, a la inflación, lo que añadiría más presión al BCE.
En este contexto, la Cámara de Comercio de España considera que el PIB podría crecer en el entorno del 5,5% este año 2022. Sin embargo, no se descartan ajustes en los próximos meses, en función de la evolución de la pandemia, de las tensiones en los precios y del impulso que puedan aportar los fondos de recuperación europeos, Next Generation EU.
En paralelo, el empleo podría crecer en torno al 4,9% en el conjunto del año, por debajo de la tasa de crecimiento del PIB, lo que traería asociado incrementos de la productividad, muy necesarios dada la preocupante evolución de esta variable durante los últimos años.
En ese sentido, de cara a favorecer un entorno adecuado para el crecimiento de la productividad sería necesario avanzar en las reformas estructurales que ya estaban pendientes antes del estallido de la pandemia, pero que en la actualidad cobran aún más relevancia, incluyendo una estrategia de consolidación fiscal a medio plazo. En ese camino, una gestión transparente, ágil y eficiente de los fondos Next Generation EU resulta imprescindible para lograr la plena recuperación y la modernización de la economía española en general, y de las empresas en particular.
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