- Coincidiendo con la celebración del Día de Europa y a poco más de dos semanas de las elecciones al Parlamento Europeo, la Cámara de Comercio de España y el Consejo General de Economistas han organizado una sesión en la que ha intervenido Carlos Martínez Mongay.
-Foto (de izda. a dcha.): Carles Gasòliba, miembro del Comité Central de la Liga Europea de Cooperación Económica en Bruselas; Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España (CGE); Carlos Martínez Mongay, director general adjunto de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea; José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España; Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del CGE, y José María Casado, director de Relaciones Internacionales del CGE.-
Madrid, 9 de mayo de 2019.- Coincidiendo con la celebración del Día de Europa y a poco más de dos semanas de las elecciones al Parlamento Europeo, la Cámara de Comercio de España y el Consejo General de Economistas han organizado conjuntamente una nueva edición de “Punto de encuentro: liderazgo, economía y sociedad”.
El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, quien clausuró el acto, afirmó que “la Unión Europea ha desempeñado un protagonismo clave en la consolidación del estado del bienestar en nuestro país, con todo el conjunto de prestaciones y garantías sociales que le acompañan”.
Según Bonet,” los fondos europeos recibidos, que ascienden a más de 181.000 millones de euros desde 1986, han contribuido a la modernización de nuestras infraestructuras y estructuras productivas, y las políticas de cohesión para las regiones también han ayudado a estrechar la brecha entre las regiones más pobres de España”.
“Las elecciones europeas de finales de este mes son cruciales para construir un Parlamento Europeo para los próximos 5 años que esté determinado, informado y comprometido con una ambiciosa agenda europea con visión de futuro; una Unión Europea que siga siendo un elemento sustancial para el desarrollo de la economía y la sociedad española, y, en definitiva, para nuestra paz, seguridad, democracia y prosperidad”, ha añadido.
El presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, señaló que “en estos momentos nos hallamos en Europa ante una encrucijada: seguir como una unión monetaria con la gobernanza actual o dotarnos de instrumentos más eficientes y adaptados a la realidad presente y, sobre todo, futura”. Según Pich, “la unión monetaria ha cumplido sus fines, pero ya no parece resultar suficiente para resolver los problemas y retos de la Europa actual”. plazo unos presupuestos únicos” –ha afirmado–. “Todo esto no es incompatible con el respeto de la diversidad de los países que componen la UE y el reconocimiento de sus particularidades” –ha dicho para concluir–.
Intervención de Carlos Martínez Mongay
El director general adjunto de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión Europea, Carlos Martínez Mongay, analizó las previsiones de primavera de la Comisión Europea, que fueron presentadas anteayer en Bruselas, y explicó la situación de la economía española en el contexto europeo.
Según ha explicado Martínez Mongay, para España, siguiendo la moderación del crecimiento que se registró el año pasado, la Comisión prevé una nueva desaceleración en 2019. El PIB podría crecer el 2.1 o el 2.2%, si se confirmase el dato avanzado del primer trimestre. Para 2020 –ha señalo el director general adjunto de ECFIN de la Comisión Europea– se prevé que la desaceleración continúe, aunque a un ritmo más pausado. El PIB podría crecer al 1.9%.
El consumo privado sigue impulsado por el aumento en la renta de los hogares, pero se ralentiza, mientras que la inversión se desacelera, aunque en términos del PIB sigue por encima de los mínimos registrados en 2013. La aportación de la demanda externa al crecimiento se proyecta neutral. El ritmo de creación de empleo también se ralentiza. Con todo, la tasa de desempleo se podría situar en un entorno del 12 % en 2020. En este contexto, se prevé que los salarios crezcan por encima de la inflación. Finalmente, en 2018, el déficit público se situó por debajo del 3% del PIB y debería seguir reduciéndose a lo largo del periodo de predicción. Sin embargo, el déficit estructural seguirá siendo uno de los más elevados de la Unión. Como consecuencia, la deuda pública, que se situó en el 97% del PIB (99% en 2015), se reduce lentamente a pesar del elevado crecimiento de la actividad –por encima del 3% medio anual registrado en los últimos cuatro años–.