- La directora general de la Cámara de España, Inmaculada Riera, ha asegurado que el futuro de las empresas de Economía Social pasa por la internacionalización
Madrid, 21 de junio de 2016.- La Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Madrid ha acogido hoy el “Foro de Internacionalización de la Economía Social”,cuyo principal objetivo es explicar a las empresas de este sector las ventajas de la ampliación internacional, favorecer su competitividad y proporcionarles las claves para dar el salto al exterior.
El foro, que ha reunido a 120 representantes de firmas madrileñas, se enmarca dentro del Plan de Internacionalización de la Economía Social, un serviciode carácter gratuito para las empresas puesto en marcha por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, la Cámara de Comercio de España y la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), con el apoyo de COCETA Y CONFESAL.
Durante el evento, Carmen Casero, Directora General del Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas, Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha destacado ”la importancia de las entidades de la Economía Social. Resulta fundamental que aborden sus procesos de internacionalización. El Plan que hoy presentamos a las entidades de Madrid ha sido especialmente pensado para ayudarles a calibrar sus posibilidades, tomar las decisiones adecuadas y afrontar una ampliación de fronteras de forma exitosa”.
Por su parte, Inmaculada Riera, Directora General de Cámara de Comercio de España, ha afirmado que “el futuro de un buen número de entidades de la Economía Social pasa por traspasar las fronteras. Nuestro objetivo es concienciar y sensibilizar a los directivos de estas entidades sobre las oportunidades que ofrece este proceso, demostrar que es perfectamente posible a través de las experiencias de éxito de algunos de sus colegas, y animar a emprender ese camino a las que están en condiciones de hacerlo pero aún no se han decidido.”
El Presidente de CEPES, Juan Antonio Pedreño,ha señalado que “esta iniciativa está teniendo una excelente acogida en las empresas de Economía Social, sobre todo en las que están en fases incipientes de iniciar un proceso de internacionalización”. Además, ha destacado que “en los diferentes Foros celebrados se han visibilizado exitosos ejemplos de empresas de la Economía Social que ya tienen una clara presencia en mercados exteriores e, incluso, lideran sectores de actividad a nivel europeo o internacional”.
El celebrado en Madrid se trata del quinto y último de los foros que se han organizado en diversas regiones españolas en la primera fase del Plan, y en los que ya han participado más de 500 representantes de entidades de la Economía Social del país. Unos encuentros que sirven para presentar qué herramientas pone este proyecto a disposición de las empresas para afrontar su internacionalización; entre otras, informes individualizados diagnóstico y recomendaciones de mejora, identificación de factores de éxito y análisis de mercados de oportunidad, así como planes de internacionalización personalizados, todo ello con el asesoramiento directo de expertos.
El objetivo de la iniciativa, que comenzó su andadura el pasado mes de abril, se dirige a la elaboración de diagnósticos individualizados de capacidad de proyección internacional a un total de 150 entidades.
Innovación y flexibilidad, claves del éxito en la expansión internacional
Las sociedades cooperativas Gredos San Diego, Dinamia y Consuegra, así como las empresas A2 Estudio Legal y Enterprise Mobile Leader han participado en las diferentes mesas de debate desarrolladas en el Foro madrileño para poner en valor sus experiencias en el ámbito de la internacionalización. El encuentro ha contado también con la presencia de
Juan Aguilar, Director de Internacionalización de la Cámara de Comercio de Madrid, la Escuela de Estudios Cooperativos de la Universidad Complutense de Madrid y la intervención del empresario y experto en innovación Carlos Barrabés, quien ha dado algunas de las claves del cambio tecnológico en el que estamos inmersos.
Según explica Barrabés, “el futuro de la internacionalización pasa por productos más pequeños, más baratos, más ligeros y más manejables”. Incide además en que estamos viviendo una tercera revolución industrial en donde los procesos colaborativos serán cada vez más habituales y donde “la innovación social hay que construirla entera y está en manos de la Economía Social. El mundo se está organizando en redes de valor en el que los científicos intercambian su información y los avances tecnológicos se comparten”. Ha defendido también que toda la economía acabará siendo economía social: “los negocios ya no tendrán clientes o proveedores sino aliados y la competición se convertirá en colaboración”.
La Economía Social en España
España cuenta desde mayo de 2011 con una ley específica que define la Economía Social como “el conjunto de actividades económicas y empresariales que, en el ámbito privado, realizan aquellas entidades que persiguen el interés general social y/o económico”. Cooperativas y sociedades laborales son los perfiles mayoritarios en el sector de la Economía Social, al que también se suman mutualidades, centros especiales de empleo, empresas de inserción, cofradías de pescadores, asociaciones y fundaciones con actividad económica.
La importancia creciente de la Economía Social viene dada, no solo por la naturaleza de sus entidades y los principios que la sustentan, sino también por su capacidad de hacer frente y resistir en entornos de crisis. Hay razones más que suficientes para que las empresas españolas de Economía Social analicen su capacidad de exportar e internacionalizarse y muchas de ellas necesitan un impulso de alto valor añadido que les ayude a crecer con mayores garantías de éxito.
Los análisis de CEPES, la máxima organización representante de la Economía Social en nuestro país, arrojan que al cierre de 2015 existían 42.929 entidades de esta naturaleza en España que generan el 10 por ciento del PIB español y el 12,5 por ciento del empleo en nuestro país. Se trata, además, de empleo estable, con un 80 por ciento de contratos indefinidos, no excluyente (más de 128.000 empleados con discapacidad o en riesgo de exclusión) y más resiliente ante la crisis, con una destrucción de empleo 6 puntos inferior a la del resto de fórmulas empresariales.