- La economía española podría concluir el año con una tasa de paro en el entorno del 15,5%, la reducción del desempleo en 239.000 personas y la creación de 430.000 puestos de trabajo
- La recuperación del mercado de trabajo español debe seguir siendo prioritaria, acompañada de la eliminación de incertidumbres internas y el avance en ciertas reformas clave
Madrid, 26/4/2018. La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada hoy por el Instituto Nacional de Estadística confirma la tradicional moderación del mercado de trabajo español en los compases iniciales de cada ejercicio. Esta dinámica queda reflejada en la caída en el número de ocupados y activos, y en el aumento de los parados e inactivos durante el primer trimestre de 2018. En todo caso, leves variaciones inferiores al 1% respecto al trimestre precedente.
La lectura en términos anuales continúa siendo positiva, con un incremento del empleo en los últimos 12 meses del 2,36%, 435.900 puestos de trabajo, acompañado de un marcado descenso del paro del 10,8%, lo que supone que existen 458.900 personas que han abandonado la situación de desempleo en el último año.
Al tiempo, dos colectivos especialmente vulnerables, como los parados que perdieron su empleo hace más de un año o aquellos que buscan su primer empleo, han visto mejorada sustancialmente su situación en el último año, con una reducción en su número del 15,8% y 12,9%, respectivamente. Dinámica que también se ha visto confirmada durante el primer trimestre de 2018.
Las cifras publicadas ponen asimismo de relieve el protagonismo de la actividad empresarial en el mercado de trabajo durante los últimos 12 meses, con un avance sostenido en el número de empleadores del 2,4%.
Previsiones
La Cámara de Comercio de España estima que durante el conjunto de 2018 proseguirá el proceso de creación de empleo, impulsado por el dinamismo esperado de la actividad económica. De este modo, el avance estimado del PIB para el ejercicio del 2,7% se trasladará en gran medida al mercado laboral, con un aumento medio de la ocupación en el año del 2,4%, patente en la creación de más de 430.000 puestos de trabajo en el conjunto del año.
A finales de 2018, la Cámara de España estima que la economía española podría situar su tasa de paro en el entorno del 15,5%, casi dos puntos porcentuales por debajo de la registrada en 2017, lo que supondrá una disminución aproximada de 239.000 personas desempleadas.
No obstante, en este escenario cabe destacar el descenso sostenido de la población activa, con 23.000 activos menos que hace un año, en un contexto de gradual aumento de la población mayor de 16 años (incremento de 171.800 personas en un año). Al tiempo, nuestra tasa de paro continúa duplicando la de nuestros socios de la Unión Europea y triplicando la registrada en la OCDE; mientras que el desempleo juvenil (menores de 25 años) se mantiene muy elevado, en el nivel del 36,3%, aunque con tendencia gradual hacia su descenso (41,7% en el primer trimestre de 2017).
Por ello, el fortalecimiento del mercado de trabajo español debe seguir figurando en lugar destacado entre las prioridades de la política económica. En particular, a través de la supresión gradual de las debilidades estructurales en su funcionamiento, especialmente en el ámbito de la calidad del empleo, el impulso de la productividad y la inclusión de colectivos en evidente riesgo. Para ello, sería preciso revisar la eficacia de las políticas activas de empleo, avanzar en la mayor adecuación de la formación y capacitación de los trabajadores a las necesidades del mercado, o reducir la burocracia asociada al proceso de contratación laboral, entre otros aspectos.
En todo caso, esta revisión del mercado laboral debería acompañarse de otras reformas estructurales clave para afianzar el crecimiento y el estado del bienestar, en ámbitos como el funcionamiento y eficiencia de las Administraciones Públicas, la financiación autonómica, el sistema de pensiones, o los necesarios consensos en materia energética o educativa.
En última instancia, el comportamiento del mercado de trabajo español estará indudablemente condicionado por la resolución de ciertas incertidumbres internas existentes, principalmente en relación con la actual situación política en Cataluña.