El orden comercial mundial, y con él la política comercial europea, viven el período de mayores tensiones de la historia reciente. El comercio global se está ralentizando, crece el proteccionismo y los movimientos populistas amenazan las reglas que rigen el futuro del sistema comercial multilateral. Además, aumentan las dudas sobre el futuro de las relaciones comerciales de la Unión Europea con importantes socios al otro lado del Atlántico.
En este clima, las Cámaras de Comercio e Industria Europeas hacen un llamamiento a los líderes de Europa para que envíen un mensaje que deje claro que la UE es partidaria de buscar relaciones a largo plazo y progresivas con sus socios. El Parlamento Europeo y los parlamentos nacionales tienen una oportunidad única de hacerlo ratificando el Acuerdo Económico y Comercial Global con Canadá, CETA por sus siglas en inglés (Comprehensive Economic and Trade Agreement). El CETA es el acuerdo comercial más ambicioso que se ha negociado nunca entre ambas partes y un ejemplo de cómo socios que piensan de forma parecida pueden unirse para dar forma a la globalización y extraer beneficios de ella.
Los problemas que han surgido durante la negociación del acuerdo muestran lo importante que es, y lo efectivo que resulta, tener una política comercial común. Al acercarse el 60º aniversario del Tratado de Roma, que garantizaba a la Unión Europea las competencias sobre la política comercial internacional, debemos mantener nuestros esfuerzos para asegurar una fluida relación entre las instituciones europeas y los estados miembros que permita a Europa hablar con una sola voz y mantener sus posiciones de liderazgo en el comercio mundial.
Es también importante que el Tribunal de Justicia Europeo, en su próximo veredicto sobre las competencias para negociar el acuerdo con Singapur, deje claros los límites entre las competencias exclusivas y la competencia mixta en el comercio internacional para evitar conflictos entre las instituciones europeas y los estados miembros en la negociación de futuros acuerdos con Vietnam, Japón y otros posibles socios.
Las Cámaras no dejamos de subrayar la importancia para la comunidad empresarial europea de un marco legal claro y previsible sobre el comercio internacional. En este sentido pedimos a los estados miembros que hagan los máximos esfuerzos para evitar dirimir conflictos internos a costa de la agenda comercial común.
La Unión Europea es el mayor bloque comercial del mundo. Nuestro máximo interés es proyectar a escala global la fuerza del Mercado Único. Las exportaciones que se realizan en esta área han permitido crear 30 millones de puestos de trabajo en la UE, 6 millones de ellos en pequeñas y medianas empresas. En los próximos años, el 90 % del comercio global procederá de fuera de Europa, lo que permitirá mejorar esas cifras.
Para aprovechar esas oportunidades, la política comercial de la UE debe seguir siendo efectiva, transparente e inclusiva, asegurando la coherencia con objetivos europeos como la lucha contra el cambio climático, la defensa de la competitividad y la inclusión social. Debemos, además, trabajar con nuestros socios para mantener y reforzar el sistema basado en las reglas del multilateralismo, potenciar la seguridad legal y la coherencia de las leyes comerciales y proteger a las empresas europeas y sus ciudadanos de las consecuencias de un comercio injusto.
Para conseguirlo, es importante retomar las negociaciones estancadas desde hace tiempo con socios comerciales en mercados clave. Las Cámaras perseguimos también que se mantengan y refuercen las negociaciones para modernizar ciertos acuerdos comerciales de la UE, así como el inicio de conversaciones con varios socios y aliados cercanos. El vacío que ha provocado en Asia la suspensión del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica y los retos políticos en Latinoamérica y México brindan escenarios para que la UE se esfuerce en reforzar sus relaciones económicas con esas regiones.
En esas negociaciones habrá que mostrar claramente la Vía Europea para dar forma a la globalización y dar ejemplo para adaptar un panorama geopolítico en movimiento a las expectativas empresariales y de los ciudadanos. Para las pequeñas y medianas empresas es especialmente importante poner el principio de “piensa primero en pequeño” en el corazón de la política comercial de la UE. Los ambiciosos capítulos que se dedican a las Pymes en los acuerdos no son suficientes, ya que hay complicadas exigencias que les impiden utilizarlos.
Una política comercial exitosa depende de su exitosa aplicación. Es por eso que las Cámaras piden a los Jefes de Estado de la UE, a la Comisión Europea y al Parlamento Europeo que fijen un objetivo común del 75 % de tasa de aprovechamiento de los acuerdos comerciales presentes y futuros para el año 2020.
Las Cámaras de Comercio e Industria son la mayor y más antigua red empresarial del mundo. Y así como nuestros empresarios necesitan el respaldo de las Cámaras en su actividad más que nunca, también lo necesitan los líderes políticos en estos tiempos de incertidumbre. Es por ello que la red de Cámaras de Europeas reitera su compromiso con un comercio libre, justo e inclusivo, integrado en un sistema de leyes firmes que regulen el comercio internacional. Esperamos que las instituciones europeas y los estados miembros muestren el mismo compromiso en esta encrucijada de la agenda comercial internacional.