En cuanto a su situación geográfica, forma parte del Cono Sur y limita al oeste con Chile, al norte con Bolivia y Paraguay y al este con Brasil. Tiene una superficie de 2.780.400 km², lo que le sitúa en el octavo puesto a nivel mundial. Si bien es cierto que si se tiene en cuenta la llamada Antártida Argentina, la superficie se eleva a 3.761.274 km². Es, por tanto, el país hispanohablante más extenso del planeta.

Argentina, por su amplitud latitudinal, que supera los 30 grados, cuenta con una diversidad de climas considerable. Los climas tropicales y subtropicales en el norte, contrastan con las nevadas y fríos extremos de las cordilleras y del sur. El clima de Argentina está fuertemente relacionado con sectores importantes de su economía, ya que favorecen desde el desarrollo de distintos tipos de cultivos y de ganado, hasta el turismo.

A nivel económico, Argentina es la segunda potencia de América del Sur, sólo superada por Brasil. Es un país en el que predomina la explotación y exportación agrícola de alta tecnología.

Las relaciones bilaterales entre España y Argentina siempre han sido intensas, especialmente a nivel de flujos migratorios y por la inversión española. Entre ambos países han existido relaciones políticas, económicas, culturales y de cooperación de larga tradición, por lo que España es uno de los socios más importantes para Argentina.

Así, entre enero y noviembre de 2018, las exportaciones españolas hacia Argentina alcanzaron los 1.117 millones de euros y las importaciones argentinas un total de 1.513 millones. España es el noveno cliente y el segundo a nivel europeo para Argentina. Además, es segundo mayor inversor en el país argentino, sólo superado por Estados Unidos.

En cuanto a las oportunidades de negocio, paulatinamente se están produciendo cambios en las relaciones comerciales, ya que el gobierno argentino está liberalizando las restricciones comerciales y se están abriendo nuevas oportunidades en todos los sectores. Entre estos cabe destacar: la automoción, la maquinaria agrícola, la alimentación, la química y el sector agroindustrial.

También hay oportunidades de desarrollo económico en sectores en los que existe una importante demanda, como el transporte, las infraestructuras viarias, la energía eléctrica, la construcción, las energías renovables, el petróleo y el turismo.

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