18
Nov
2016
África sufrió en 2015 el impacto de la crisis de las materias primas: la caída de los precios del petróleo ha afectado a Sudáfrica y Nigeria, dos de los principales países productores. Pero países más pequeños, como Costa de Marfil, Tanzania y Senegal mantienen tasas de crecimiento económico más estables.
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 “Los inversores extranjeros empiezan a pensar en las perspectivas de África a largo plazo y a responder a lo que los gobiernos regionales y la población dicen que necesitan”, escribe Adrienne Klasa, editora de This is África, del Grupo Financial Times, en la introducción del informe The Africa Investment Report 2016, un completo estudio sobre la inversión extranjera en el continente durante el último año.

Durante 2015, se produjeron inversiones por valor de 66.500 millones de dólares, lo que representa una caída del 24 por ciento respecto al año anterior. El número de proyectos, sin embargo, aumentó un 6 por ciento, hasta 705. El número de empresas extranjeras que invierten en la región alcanza las 495.

Estas cifras significan que África acumula el 8 % de toda la Inversión Extranjera Directa (IED) mundial y el 4 % de los proyectos. Las industrias extractivas de carbón, petróleo y gas natural, siguen acaparando las mayores cifras de inversión, pero su peso en el total ha caído hasta el 24 por ciento de la IED como consecuencia de las bajadas de precios. Mientras, la industrialización avanza en el continente y la producción de manufacturas ha crecido un 5 por ciento entre 2011 y 2015. Esto ha propiciado el aumento de la inversión en infraestructuras de electricidad, construcción y nuevas tecnologías, que ya representan el 44 por ciento del total de la IED, un claro reflejo de que los inversores piensan ya en esta región a largo plazo.

Por países, Egipto sigue siendo el principal destino de la inversión extranjera medido en términos monetarios: 14.500 millones de dólares. Si tenemos en cuenta, sin embargo, el número de proyectos, Sudáfrica es el país preferido, con 118. Le sigue Kenia, que concentra el mayor crecimiento en inversión (2.400 millones de dólares)  y proyectos (85), aupado por el fuerte crecimiento de la economía, del 5,6 % en 2015. Este país, junto a Marruecos, Egipto, Nigeria, Ghana, Mozambique, Etiopía, Costa de Marfil, Tanzania y Uganda, acumulan el 77 por ciento de los proyectos en la región y el 75 por ciento de los fondos.

En cuanto al origen de las inversiones, Italia ocupa en primer puesto del ranking por fondos invertidos, seguido muy de cerca por Estados Unidos. Este país, sin embargo, encabeza la lista por número de proyectos: aunque han caído un 4 por ciento, presentó 93. El segundo puesto lo ocupa Reino Unido, que se ha convertido en el inversor más prolífico en la región con un crecimiento del 49 por ciento en el número de proyectos presentados, hasta los 76, y del 93 por ciento en los fondos invertidos. Cabe destacar también la actividad de países de Oriente medio, como Emiratos Árabes y Bahrain y, por supuesto, China, que el año pasado creó 14.127 puestos de trabajo en el continente.

La estabilidad política y los cambios regulatorios aumentan la confianza y parecen haber quedado atrás, señala Adrienne Klasa, los tiempos de las operaciones que buscaban altas rentabilidades en el corto plazo. Ahora se trata de apostar por una región en crecimiento de forma más estable. 

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