El Internet de las Cosas nace con la idea de simplificar la vida de las personas a partir de la conectividad a través de Internet de objetos y dispositivos.
Por ejemplo, actualmente contamos con sistemas tecnológicos que nos ayudan a controlar el riego de nuestras cosechas. Pero con IoT podemos ir un poco más allá. No sólo regamos y regulamos las horas adecuadas para hacerlo. Con esta tecnología podemos conocer el estado de cada una de las plantaciones, su hora idónea en función del tipo de cosecha, su evolución con el paso del tiempo, el tiempo restante para alcanzar su punto óptimo…
Como vemos, podemos obtener una información muy valiosa dentro de múltiples ámbitos de nuestro entorno y, lo más importante, utilizarla en nuestro propio beneficio. Otros ámbitos en los que la influencia de IoT va a ser muy perceptible sonson el laboral y el de empresa. Estas podrían ser algunas de las ventajas o aplicaciones más destacadas de su futura aplicación:
Conexión entre unas máquinas y otras, lo que facilita el intercambio de información, así como su aprovechamiento para hacerlas más productivas y eficientes. Por ejemplo en una cadena de montaje.
Obtención de mayor cantidad de datos y con mayor calidad. Gracias a la conexión de los objetos a Internet obtenemos mejores conclusiones basadas en el Big Data, por ejemplo (de esta tecnología te hablaremos en próximos posts)
Tecnología más barata y eficiente. Gracias al IoT podemos regular, por ejemplo, la temperatura o la iluminación de los edificios de manera inteligente, haciéndolos, por un lado, más sostenibles, y por otro, menos costosos.
Mayor seguridad para los empleados. Entre otras cosas, a partir de su uso se puede, por ejemplo, identificar áreas del edificio que están quedando deterioradas y que pueden presentarse como un peligro para la seguridad de los empleados.
Nuevos modelos de negocio. Toda tecnología que surge va de la mano de oportunidades de negocio, y el IoT no es una excepción. La existencia de este tipo de comunicaciones genera, por parte de las compañías, la necesidad de aprovechar al máximo el Big dData. Es decir, una empresa de seguros podría, por ejemplo, adaptar las tarifas de sus clientes a su historial de accidentes, o bien controlar en directo el estado de cada una de las pólizas.
Esto son solo ejemplos. Pero como vemos, las posibilidades que ofrece esta tecnología para sus usuarios son enormes, y su alcance únicamente dependerá de los límites que nosotros le queramos poner. Desde casas inteligentes (‘Smart home’) con frigoríficos que te avisan cuándo hacer la compra y que productos están a punto de caducar, hasta ciudades inteligentes (‘Smart Cities’) que controlan en todo momento el estado de la contaminación para regularlo y ofrecer soluciones de manera inteligente.
El IoT es una tecnología que promete adentrarse de pleno en nuestra vida diaria a lo largo de los próximos años. Pero como todo, también tiene su lado negativo. El estar permanentemente conectado a Internet también propicia una mayor exposición por parte de los sistemas informáticos ahackers o piratas informáticos. Las empresas son conscientes de ello. Por eso, a la hora de aplicarla se multiplican los esfuerzos por proteger sus infraestructuras esenciales y la información privada de sus usuarios.
Por ello multitud de expertos consideran una necesidad la progresiva implantación de protocolos para el sector de IoT, pero de la misma forma lo hacen en términos de cíberseguridad. La implantación de esta tecnología precisará de grandes esfuerzos para protegerla, y su permanencia dependerá en gran parte de la capacidad de crear una infraestructura que la proteja de futuros ataques.
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