En primer lugar debemos responder a la siguiente cuestión: ¿qué es el neuromarketing? Esta disciplina es “la ciencia que estudia el comportamiento de compra, consumo y decisiones de los clientes ante diferentes productos, servicios y/o marcas.” Es decir, es la ciencia encargada de determinar qué factores irracionales son los que influyen en nuestras compras, a fin de explotarlos y sacarles partido.
Generalmente, se centra en tres aspectos:
- Atención: si un producto tiene un aspecto llamativo, será más fácil que capte nuestra atención y, por tanto, existirá una mayor probabilidad de adquirirlo.
- Emoción: esta es una de las ideas más importantes. Si ese producto que ha captado la atención del consumidor es capaz de generar sentimientos o emociones, las posibilidades de que lo adquiramos se incrementan considerablemente.
- Memoria: una vez captada la atención y habiendo generado las emociones deseadas, es inevitable que el producto tenga pregnancia y que, por tanto, sea retenido con mayor facilidad en la mente del consumidor.
Para despertar estos sentidos, existen tres formas diferentes de llegar hasta el consumidor:
- Visual: a través de los ojos.
- Auditivo: a través del oído.
- Kinestésico: por medio del resto de sentidos (olfato, gusto y tacto).
Mejorar el diseño de un producto o servicio, jugar con los precios para hacerlos más llamativos, hacer importantes campañas de branding... Son muchas las formas de impactar al consumidor. Así, una correcta y efectiva aplicación de las técnicas de neuromarketing nos puede reportar numerosas ventajas:
- Podemos medir los estímulos del consumidor sin necesidad de preguntarle directamente, lo que se traduce en una información más precisa.
- Los recursos de la publicidad se unifican en un mismo concepto, permitiéndonos entender de un modo más racional las diferentes conductas del consumidor.
- Los datos y conclusiones obtenidas son mucho más tangibles que los obtenidos a través de métodos tradicionales.
- Evalúa de forma precisa la forma de pensar y de sentir del consumidor ante un determinado producto o servicio.
- Las conclusiones que se extraen a partir de su uso permiten adecuar campañas a las necesidades y gustos de los consumidores.
Con el paso del tiempo, el neuromarketing irá poco a poco ganando más protagonismo entre las diferentes empresas de prácticamente todos los sectores. El fracaso o el éxito de su aplicación dependerá en gran medida de la capacidad para comprender al consumidor, así como sus gustos y preferencias a la hora de escoger un producto.
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