El Corredor Mediterráneo constituye un eje ferroviario que pretende conectar Algeciras con la frontera francesa con el objetivo de convertirse en la mayor infraestructura de transporte de pasajeros y mercancías del área con mayor nivel de exportación de España. La red transeuropea a la que pretende unirse el Corredor Mediterráneo vertebrará Europa de Norte a Sur. En total, 3.500 kilómetros ferroviarios a lo largo de 10 países que pretenden concentrar el 66% del producto interior bruto de la Unión Europea, impulsando la competitividad del continente.
Actualmente, el corredor se encuentra a un 63% de su ejecución, según el Ministerio de Fomento, con una inversión de 13.746 millones de euros sobre un total de 21.239 millones. Siendo el tramo comprendido entre Francia y Tarragona el más avanzado en cuanto a su construcción.
La implantación del corredor persigue una serie de beneficios económicos y medioambientales, como son:
- El aumento de la frecuencia y la reducción de los tiempos de viaje entre las principales ciudades europeas unidas por el Corredor Mediterráneo.
- El incremento de las exportaciones españolas.
- La atracción de nuevas inversiones al mejorar la conectividad con el centro y norte de Europa.
- Un impacto positivo sobre el sector turístico del Arco Mediterráneo al contar con plena conectividad en alta velocidad con todo el territorio.
- La conversión de la zona en un motor de cambio de modelo productivo. La conectividad en ancho europeo para el tráfico de mercancías con Europa constituye una gran oportunidad para desviar por el Corredor Mediterráneo una parte del tráfico de mercancías intercontinental que circula entre Asia y el centro y norte de Europa, como acceso sur de la UE a través de los puertos del Mediterráneo.
- El desarrollo del sector logístico y las actividades relacionadas el mismo.
- Una apuesta por un transporte sostenible y energéticamente eficiente. El aumento de la frecuencia y la reducción de los tiempos de viaje entre las principales ciudades europeas unidas por el Corredor Mediterráneo.
El eje que discurre entre Portbou y Algeciras es una de las zonas más dinámicas de España, que concentra casi la mitad de la población y del PIB español, y que registra tasas de crecimiento superiores a la media nacional.
El desarrollo completo del Corredor Mediterráneo potenciará el papel de España como una plataforma logística internacional y contribuirá al crecimiento del comercio exterior, elemento clave para lograr un modelo de crecimiento económico más estable y sostenible.
En particular, el impulso del Corredor permitirá a los puertos españoles del Mediterráneo afianzar las relaciones comerciales con el resto del continente europeo y llegar a representar una alternativa real a los puertos del norte de Europa con relación al transporte de mercancías desde Asia y América. Del mismo modo, los flujos de mercancías entre el Norte de África y los puertos del Mediterráneo Occidental experimentarían un incremento destacado en las próximas décadas.
Además, la implantación de esta infraestructura promoverá la confluencia de objetivos y estrategias entre empresas e instituciones respecto de las infraestructuras esenciales para sectores clave de la economía española, como el comercio, la agroalimentación, la automoción, la logística o el turismo, en aras de su desarrollo sostenible.
El Corredor Mediterráneo constituye, en definitiva, una oportunidad de transporte más rápida, más económica y más sostenible. La mejora de las conexiones supone un evidente factor multiplicador del comercio exterior y la internacionalización de la economía española y, por tanto, dinamizador del conjunto de la actividad económica del país.